miércoles, 7 de noviembre de 2007

¿El Dorado?

" El mito de un El Dorado escondido en algún lugar de la selva amazónica se hizo realidad. Sólo que no era dorado, sino más bien negro y gris. En las décadas de los 70 y 80, los exploradores tenían que descolgarse con cuerdas desde los helicópteros empuñando grandes cuchillos para abrirse paso entre la vegetación. Era la única forma de llegar a Coarí, un lugar que, aunque no estuviera pavimentado con oro, como la mítica ciudad, albergaba un enorme yacimiento de gas natural a 3000 metros bajo tierra"

Así empieza un artículo que he encontrado entre los apuntes y que no deja de sorprenderme, sobre la megaconstrucción de un gaseoducto en medio de la selva amazónica. Todos sabemos que la selva ya no es tan densa como antes, ya que una extensión del tamaño de España ha sido deforestada. También sabemos que una extensión de 7 millones de kilómetros cuadrados de bosque tropical como lo es la selva amazónica, nos ayuda en el mantenimiento estable del clima del planeta bombeando a la atmósfera aproximadamente unos 7 trillones de toneladas de agua. Eso es el amazonas y es entonces cuando el gobierno brasileño empieza a construir el segundo tramo de un pequeño gaseoducto de 280 km de longitud entre la reserva de Urucú y Coarí. Según ecologistas y miembros de varias ONGs para la protección de las comunidades indígenas, este proyecto se presenta "como la gran y última catástrofe natural y social en el pulmón de la Tierra". Por otro lado el presidente de Brasil Luis Inácio Lula da Silva, define esta construcción como la salvación a los problemas económicos y energéticos de su país.



En 1986, Petrobrás, una gigantesca estatal brasileña de hidrocarburos, extendió sus zarpas en aquella zona, creando la llamada Provincia Petrolífera del Río Urucú y en 1998 se finalizó la construcción de un gaseoducto de 280 km de longitud entre la reserva de Urucú y Coarí. Pues bien amigos, a partir de aquí se dice que Coarí es un municipio en vías de desarrollo y económicamente rico y la población creció de 38000 habitantes en 1991 a 84000 en la actualidad, esperanzada en que ese lugar sí se convirtiera en El Dorado para todos. Pero casualidades del sistema capitalista, los royalties de la prospección y del transporte de petróleo y gas natural, se "esfumaron" antes de llegar a esta esperanzada población, la cual sólo ha encontrado miseria.


Con todo este "gran desarrollo" y "beneficio económico" para la población (véanse las comillas), en este municipio del amazonas, los hospitales escasean o están mal equipados, faltan escuelas, faltan redes de alcantarillado y agua potable; la prostitución y la criminalidad se han disparado; proliferan enfermedades como la malaria; los peces, que eran fuente de renta y alimentación de la población han huido o muerto y la población vive como puede, del cultivo de la yuca y la producción de harina.


Adelson de Lima, vecino de Lábreas, al sur de Coarí, y miembro de un ONG (Comissao Pastoral da Terra) dice no estar en contra de la explotación de gas natural en Urucú, pero si en desacuerdo con la manera en que Petrobrás realiza sus inversiones: "Lo hace sin informar de nada a nadie. Se limita a hablar de los bueno que será... de que va a generar empleos y energía... pero sabemos lo que ocurrió en Coarí. El gas nos puede dar trabajo, pero también genera prostitución, marginalidad y tráfico de drogas."


Actualmente se construye el segundo tramo de este gaseoducto, para unir Coarí-Manaos. este gaseoducto atravesará 400 km de selva amazónica a lo largo del río Solimoes y podrá transportar 5 millones de metros cúbicos de gas al día, favoreciendo a 1,5 millones de habitantes del norte del país brasileño. El consumo de gas en Brasil es de 45 millones de metros cúbicos al día, de los cuales el 60% es destinado a la industria y el resto es utilizado como combustible alternativo para vehículos adaptados, generación de energía en las centrales térmicas y consumo doméstico en miles de hogares, por lo que el megaproyecto Coarí-Manaos, es presentado por el gobierno brasileño como uno de los ejes para conquistar la independencía gasística.


El gas de la selva amazónica solucionaría el problema de la región norte, pero no el del resto del país por la falta de gaseoductos que permitan la conexión con el amazonas. Sin embargo, ahorraría cerca de 700 millones de euros de la cuenta de consumo de combustible, una tasa cobrada en la cuenta de luz de cada brasileño para subsidiar la generación térmica a base de aceite del país. El presidente Lula declaró en el 2004 que "los que somos del sur de Brasil debemos entender que no se trata simplemente de decir y repetir que la amazonia tiene que ser un santuario de la Humanidad" (toma perla) al anunciar el comienzo de las obras. (Lo malo es que esa destrucción de la selva puede que nos afecte a todos.)


Por eso, los ecologistas afirman que los beneficios no compensarán los potenciales peligros: el riesgo de contaminación del agua, las perturbaciones en la vida de las poblaciones indígenas y ribereñas y la deforestación sin freno.


En una carta enviada al Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales (IBAMA), Josué Sateré Maué, coordinador de la Organización de los Pueblos Indígenas del Alto Madeira, comenta sus temores sobre la construcción del gaseoducto: "cuando se habla de grandes proyectos (carreteras, hidroeléctricas,...), nosotros, los pueblos indígenas, siempre hemos sido considerados como un obstáculo para el desarrollo. Se dice que somos poco, y eso justifica cualquier inversión, aunque afecte directamente a cerca de 4000 personas de 57 aldeas y a diez etnias, además de a otros indígenas que viven apartados sin apenas contacto con los otros pueblos. Para los Gobiernos federal y regional, así como para Petrobrás, el proyecto merece la pena porque beneficiará a millones de blancos, que viven lejos de nuestras tierras y a quienes no les importa nuestro sufrimiento"


También Aziz Ab'Sáber, uno de los geografos brasileños más respetados, advierte del gran riesgo final: "Con la extensión del proyecto y una carretera de apoyo, se abre un camino fantástico para los especuladores: construyen líneas secundarias, dividen la tierra en lotes para venta y empieza la extracción de madera. Ése podría ser el primer camino para la total deforestación de la Amazonia occidental.


"El capitalismo es el nuevo Cronos, mucho más insaciable y temible que el anterior, porque camina incluso hacia su propia destrucción"
imagen y datos: XLSemanal, 2 de septiembre de 2007

1 comentarios:

Blogger Angst ha dicho...

Pues lee esto como coda, venía hoy en Rebelión. No es sólo que sea insaciable: es que tiene los medios para serlo y su voracidad no tiene límites.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=58620

7 de noviembre de 2007, 22:23  

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