lunes, 1 de noviembre de 2010

Again.

Hace mucho que vago sin rumbo por aquí. No sé por donde empezar. La inspiración se ha largado con otro, y las musas... hay! las musas! Como diría el maestro, las musas están follando con Serrat. Pero cada vez que entro en este lugar en busca de su alma, el blog se encarga de gritarme que lo estoy dejando caer en el olvido. Siempre pienso que algún día volveré a escribir de la misma manera que cuando inauguré este lugar hace ya casi tres años. Three years. Tre anni. Trois années. Tanto tiempo, tantas cosas... He olvidado escuchar "The Quintet" con la voracidad con que lo escuchaba cuando era más joven, parece que Armstrong se ha largado de vacaciones, Monet se ha jubilado o Cortázar ya no me da instrucciones para subir una escalera o destruir una ciudad.

Parece mentira lo que un tiempo alejado de pañuelos de estación, encuentros firmados ante notario o corazones marchitados, puede conseguir. Porque no hay nada más siniestro para la inspiración que un tiempo de felicidad doméstica. Un tiempo donde la nada se encarga de engullirlo todo. Y es que sin un buen flechazo de Cupido en la nuca no hay melancolía, ergo te alejas del mundo desgarrado de Gee Baby ain't i good to you, Learning the blues o Trust my Baby entre otras, ergo empiezas a tomar copas con la vieja y puta rutina, ergo el blog se muere.

Lo jodidamente divertido es que dependemos del azar amigos. Somos azar al doble o nada. Y ahora que el invierno empieza a tener prisa, metes otra vez la piedrita en la rayuela y alguien juega contigo en una esquina y volvemos a este lado de nuevo. Al lado de acá donde mis dedos vuelven a necesitar este teclado, donde me vuelvo a sentir un poco más vivo.

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