Estoy cansado de ser siempre yo el que tenga que ir a buscarte. Y es que enterrar el "hacha de guerra" empieza a ser una costumbre demasiado rutinaria para mi gusto. No quiero revelarme pero empiezo a notar que todo a mi alrededor puede ser motivo de una revolución. Y no sé si estaré equivocado. Pero una vez dado el primer paso, no podré volver atrás.
Perdonen la tristeza...
2 comentarios:
A veces esa insistencia consigue provocar una dependencia en el otro que despierta, ante la falta, una palpable necesidad.un beso
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